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Artrosis

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Artrosis

La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa crónica que afecta las articulaciones. Se caracteriza por el desgaste progresivo del cartílago que recubre los extremos de los huesos, lo que provoca dolor, rigidez y limitación de movimiento. A continuación, se presenta una descripción detallada de la artrosis, abordando concepto, síntomas, causas, tipos, diagnóstico, tratamiento, prevención, factores de riesgo, complicaciones y pronóstico.

La artrosis es una enfermedad articular degenerativa que afecta principalmente a las articulaciones de carga, como las rodillas, caderas, manos y columna vertebral. Se caracteriza por el deterioro del cartílago, tejido que amortigua los impactos y facilita el movimiento fluido de las articulaciones.

Síntomas: Los síntomas más comunes de la artrosis incluyen dolor articular, rigidez, hinchazón, crepitación al mover la articulación y limitación de movimiento. Estos síntomas tienden a empeorar con el tiempo, afectando la calidad de vida y la funcionalidad del paciente.

Causas: La artrosis puede tener diversas causas, entre ellas el envejecimiento natural, lesiones articulares previas, sobrepeso u obesidad, predisposición genética, malformaciones articulares, actividad física intensa o repetitiva, y otras condiciones médicas como artritis reumatoide.

Tipos: Existen diferentes tipos de artrosis, siendo la más común la artrosis primaria o idiopática, que se desarrolla con el envejecimiento. También existe la artrosis secundaria, que se produce como resultado de otras enfermedades o lesiones articulares.

Diagnóstico: El diagnóstico de la artrosis se basa en la evaluación clínica, los síntomas del paciente, el examen físico y pruebas complementarias como radiografías, resonancias magnéticas o análisis de líquido sinovial. Estos métodos permiten determinar el grado de deterioro articular y descartar otras condiciones similares.

Tratamiento: El tratamiento de la artrosis busca aliviar el dolor, mejorar la función articular y prevenir el progreso de la enfermedad. Incluye medidas conservadoras como la fisioterapia, medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, terapias complementarias, cambios en el estilo de vida, y en casos más severos, cirugía de reemplazo articular.

Prevención: Si bien no se puede prevenir completamente la artrosis, se pueden adoptar medidas para reducir el riesgo de desarrollarla. Estas incluyen mantener un peso saludable, realizar ejercicio regularmente pero evitando impactos excesivos, mantener una postura adecuada, evitar lesiones articulares y llevar una dieta equilibrada y rica en nutrientes.

Factores de riesgo: Algunos factores aumentan la probabilidad de desarrollar artrosis, como la edad avanzada, el género femenino, la obesidad, antecedentes familiares de la enfermedad, lesiones articulares previas, deformidades articulares y la presencia de otras condiciones médicas como la diabetes.

Complicaciones: La artrosis puede llevar a complicaciones significativas, como la limitación funcional, discapacidad, deformidades articulares, depresión y deterioro de la calidad de vida. Además, la presencia de artrosis en una articulación puede aumentar el riesgo de desarrollarla en otras.

Pronóstico: El pronóstico de la artrosis varía según la gravedad de la enfermedad y el cumplimiento del tratamiento. Si bien la artrosis es una enfermedad crónica, con un manejo adecuado se puede lograr un control del dolor y una mejora en la calidad de vida del paciente.

 

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